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La leyenda del Minotauro

El Minotauro es uno de los monstruos de leyenda más conocidos y representados en la cultura popular. Con su cabeza de toro y su cuerpo de hombre, se ha convertido en antagonista de videojuegos, cine y televisión. ¿De dónde viene esta legendaria bestia mitológica? Para descubrir su origen, es necesario viajar al sur de Grecia, concretamente a la isla de Creta. Hoy os cuento la leyenda de esta terrible criatura.

El origen del Minotauro

La historia del famoso Minotauro comienza con un joven rey Minos, monarca de Creta, implorando la ayuda de los dioses. Este joven rey quería ser amado y ganarse el favor de sus súbditos tras la muerte de su padre. Para ello, pide a Poseidón que le envíe un animal digno del dios del mar para su sacrificio. Poseidón escucha las plegarias de este joven rey y le envía un enorme y hermoso toro de color blanco. Minos, tan sorprendido por la belleza del animal, decide no realizar el sacrificio que le había prometido al dios del mar. Y, como no puede ser de otra manera, este gesto no termina de gustar a Poseidón.

Con una mezcla de rabia y, por qué no decirlo, cierto sentido del humor, Poseidón hace que Persífae, la hija del rey, se enamore perdidamente del toro blanco… ¡DEL TORO! Creo que llegados a este punto solo faltaría atar cabos para saber cómo terminó esta historia…

Avergonzado por lo ocurrido entre su hija y el toro, el rey Minos encerró a la criatura fruto de este amor en un enorme laberinto dentro de su propio palacio. Cada nueve años, Atenas – ciudad dominada por Creta – debía mandar a siete jóvenes y siete doncellas para que se adentrasen en el laberinto y sirvieran de alimento para el Minotauro que, cómo no, únicamente comía carne humana.

Teseo y el Minotauro

Teseo contra el Minotauro
Teseo contra el Minotauro

Tras años y años enviando a sus jóvenes a morir a Creta, Atenas decidió revelarse contra esta isla. Teseo, el príncipe de Atenas, salió como voluntario para viajar a Creta y adentrarse en el laberinto del Minotauro. Al llegar a la isla, los jóvenes fueron presentados al rey Minos. Junto a él se encontraba su hija, Ariadna, que se enamoró del príncipe. La princesa trató de convencer a Teseo de que huyera y no se enfrentara a la bestia. Le dijo que, incluso si lograba terminar con el Minotauro, jamás podría salir del laberinto construido por su padre, pero él hizo caso omiso a sus súplicas. Ariadna, aceptando su decisión, decidió ayudarle. Antes de adentrarse en el laberinto, le entregó un ovillo de lana. Gracias a esta cuerda, Teseo sería capaz de regresar sobre sus pasos si lograba acabar con el monstruo.

Nadie sabe exactamente cómo lo hizo, pero finalmente Teseo consiguió matar al animal y volver sobre sus pasos. El príncipe de Atenas puso rumbo a casa convertido en un héroe, llevándose consigo a Ariadna.

La muerte del Minotauro
La muerte del Minotauro

Hasta aquí, todo parece bastante feliz y eso no puede quedar así. Os dejo un par de anotaciones para quitar ese buen sabor de boca.

PD 1: Teseo acaba abandonando a Ariadna en la isla de Naxos mientras dormía. El bueno de Teseo no era muy romántico.

PD 2: Antes de partir hacia Creta, Teseo anunció a su padre, el rey Egeo, que si lograba la victoria, regresaría a casa en barcos de velas blancas. Tal vez por la emoción, el pobre Teseo olvidó (este chico era muy olvidadizo) cambiar las velas de su barco. Al ver que la nave no tenía velas blancas, el rey Egeo dio por hecho que su hijo había muerto y se suicidó, arrojándose desde lo alto de un precipicio al mar.

Interpretación del mito

Los historiadores creen que el Minotauro no es más que la representación mitológica del gran poder que tenía Creta en esta época. El toro es el símbolo más identificativo de esta civilización y es por esto que se piensa que escogieron las características físicas de esta bestia mitológica.

De la misma forma, se cree que el laberinto en realidad jamás llegó a existir. Esta magnífica construcción era en realidad el palacio real de Cnossos. Una edificación de más de 20 mil metros cuadrados y unas 1.500 salas diferenciadas de la que aún se conservan restos.

Restos del palacio de Knossos
Restos del palacio de Knossos

6 comentarios en «La leyenda del Minotauro»

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