El Ngorongoro, la cuna de la civilización

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Numerosos estudios apuntan a África oriental como el lugar del planeta desde el que germinó la evolución de nuestra especie. Hoy, es uno de los pocos paraísos naturales que todavía existen. Una de las perlas del continente africano es el parque nacional del Ngorongoro, un lugar mágico en el que la naturaleza es la única protagonista y, el ser humano, un espectador privilegiado.

“¿De dónde venimos?” Esta seguramente sea una de las preguntas que más dolores de cabeza ha traído al ser humano desde que aprendió a utilizar el lenguaje. Un filósofo, un religioso y un historiador podrían pasar varias horas debatiendo sobre el asunto sin llegar a una conclusión final. Pero en el plano evolutivo, la respuesta se encuentra en pleno corazón de África, a más de nueve mil kilómetros de nuestro país. Está en Tanzania, uno de los pocos paraísos naturales que siguen existiendo. Es aquí donde se encuentra el Ngorongoro, denominado como La cuna de la humanidad.

Paraíso natural

El Ngorongoro es una zona de conservación natural situada a ciento ochenta kilómetros de la ciudad de Arusha, en Tanzania. Con una extensión de más de doscientos kilómetros, su mayor característica es que está situado en el interior del cráter de un volcán que se formó tras su erupción hace más de dos millones de años. La lava y la ceniza han dejado sitio a un paraíso natural repleto de vida y de color. En su interior, conviven actualmente una infinidad de animales. Elefantes, búfalos, leones o cebras viven rodeados de extensas praderas, bosques, lagunas y zonas totalmente desérticas.

Dentro del cráter habita una población de casi veinticinco mil animales de gran tamaño. Este parque cuenta con la mayor densidad de depredadores de toda África. Los amantes de la naturaleza y la fotografía pueden contemplar en este lugar a los llamados “Cinco grandes”, un grupo compuesto por el elefante, el león, el búfalo, el rinoceronte y el leopardo. El Ngorongoro cuenta también con una extensa población de aves. Se han llegado a registrar más de quinientas especies diferentes dentro  del parque. Avestruces, pelícanos, garzas o carracas… todas ellas tienen su sitio en las enormes lagunas de agua dulce, donde tienen que compartir agua con familias completas de peligrosos hipopótamos.

Conociendo a los masais

Además de poder contemplar su fauna y su flora, el cráter del Ngorongoro es conocido por la gran cantidad de tribus masais que viven alrededor del volcán. Los viajeros pueden ver de primera mano cómo viven estas tribus de pastores, aprender de sus costumbres y maravillarse con los rudimentarios asentamientos construidos con madera y barro. La visita a estas aldeas hará comprender al viajero que existen otros mundos, y que estos se encuentran dentro de nuestro mismo planeta.

Masai avivando fuego

El Ngorogoro fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1979 y una de las siete maravillas naturales en 2013. Este parque es un paraíso por el que cada año pasan más de dos millones de especies migratorias. Ñus, gacelas o búfalos encuentran en es este lugar un refugio en el que protegerse durante los meses de sequía.

Este es un lugar espectacular, repleto de naturaleza y vida. El Ngorongoro supone, junto al Serengueti, uno de los parques naturales más importantes de Tanzania. El cráter es uno de los lugares por el que debería pasar cualquier amante de la naturaleza en su estado más salvaje.

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