Abu Simbel: Historia, curiosidades, qué ver y precio
Abu Simbel es uno de los símbolos más conocidos de Egipto. Lo hemos visto en películas, series, postales y documentales. Hoy os voy a contar un poco más sobre este templo excavado en la roca que nos recibe, imponente, a orillas del lago Nasser.
Un poco de historia sobre Abu Simbel
Abu Simbel es un templo construido por el faraón Ramsés II a orillas del lago Nasser cerca del año 1264 a.C. Ramsés II fue un faraón perteneciente al Antiguo Egipto, época en la que los faraones eran tratados como dioses y todas las construcciones buscaban ensalzar su figura. Esto se puede ver a simple vista en la fachada del templo, donde podemos ver cuatro esculturas (¡CUATRO!) del mismo faraón de 20 metros de altura. La verdad es que, si quieres que todo el mundo te adore, construir un templo con cuatro estatuas tuyas de ese tamaño es un muy buen primer paso…
Abu Simbel fue construido para rememorar la victoria del faraón en la batalla de Kadesh y en él se rendía culto, además de a Ramsés II, a los grandes dioses de Egipto: Amón, Ra y Ptah.
Templo Menor de Abu Simbel
Además del templo principal, en Abu Simbel también podemos encontrar un segundo templo dedicado a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés II. Lo que se ve en la fachada de este templo son seis esculturas de personas. Dos de ellas son la representación de la esposa del faraón y ¿sabéis a quién representa las otras cuatro? ¡¡A RAMSÉS!! El hombre era un vanidoso de cuidado.
Curiosidades sobre Abu Simbel
Su ubicación no es la original: Cuesta creerlo por el tamaño del templo, pero donde está ahora no es donde estuvo en el momento de su construcción. Originariamente, se construyó más cerca del agua, pero, con la construcción de la presa de Aswan alrededor de 1965, el agua subió y, ante el riesgo de inundación, el templo fue trasladado piedra a piedra unos doscientos metros más arriba. España participó en las tareas de reconstrucción del templo. A cambio, Egipto donó el conocido Templo de Debod de Madrid.
La luz del sol: Abu Simbel está construido de tal forma que, durante solo dos días al año (21 de febrero y 21 de octubre), la luz del sol se cuela por la puerta e ilumina tres de las cuatro esculturas que hay en su interior; las esculturas de Amón, de Ra, y de Ramsés. La cuarta figura, que queda siempre en tinieblas, es la figura dedicada a Ptah, considerado el dios de la oscuridad.
Ramsés II y su familia: Además de las cuatro imponentes figuras de Ramsés II, en su templo podemos ver otras esculturas a sus pies. Son las representaciones del resto de su familia: Tuya, la madre de Ramsés II, los príncipes Raimsese y Amanhorjepeshef, las princesas Bentata, Nebettauy, Beketmut y Senefra, y la reina Nefertari.
Un templo por amor: El templo dedicado a la esposa Nefertari es uno de los pocos templos dedicados a una mujer y el segundo que se conoce después del dedicado por Akenathon a su mujer Nefertiti.
¿Cómo llegar al Templo de Abu Simbel?
La forma de llegar a Abu Simbel es salir de Aswan. Aunque hay varias formas de llegar, nosotros nos decantamos por dormir poco y hacerlo en furgoneta. Estas furgonetas salen sobre las 4 de la mañana y el recorrido es de algo menos de 300 kilómetros por carreteras desérticas. Una vez allí, tendremos entre dos y tres horas para visitar los dos templos. Es tiempo más que suficiente para verlos.
Precio
La entrada al templo de Abu Simbel cuesta unas 240 libras egipcias, es decir, poco más de 13 euros. Además, este es uno de los pocos lugares de Egipto en el que te cobran si quieres llevar una cámara de fotos contigo. Creo recordar que el precio eran unos 15 euros por cámara. Nosotros decidimos no pagar, pero yo conseguí meter mi cámara y sacar algunas fotografías discretamente.
Sobre el precio de entrada, recordad que si tenéis el carnet de estudiante la entrada os costará la mitad.
