Templo de Luxor

Egipto es el país de los faraones, de las pirámides, los templos y las esfinges, pero también es el país del tráfico infernal, las propinas y el regateo continuo. Como todos los países, nos regala muchísimas cosas maravillosas, pero también unas cuantas algo menos positivas. Hoy, os voy a contar lo mejor y lo peor de Egipto y de nuestra aventura por el país del Nilo.  

LO MEJOR DE EGIPTO 

El Egipto antiguo: sin ninguna duda, el mayor atractivo de Egipto es ese que se levantó hace tres mil años. Las pirámides, los templos, las tumbas… una infinita colección de tesoros del pasado que, personalmente, hicieron que volviera enamorado de ese país. Da igual lo que hayáis visto en documentales, series o películas, sean cuales sean vuestras expectativas, ¡la realidad las va a superar con creces! 

La moneda: la moneda de Egipto, la libra egipcia, es una moneda con un valor bajísimo en comparación con el euro o el dólar. Esto quiere decir que vivir allí es realmente barato para nosotros. Una buena comida en el Cairo, por ejemplo, no suele superar los 5 euros. Esto cambia en lugares un poco más turísticos, claro, pero en general es un país barato. Lo malo de estos países tan baratos es que, al ver precios tan bajos, muchas veces acabamos gastando más de lo necesario porque “total, solo cuesta dos euros”. Esto le pasó bastante al que ha escrito este artículo. 

El regateo: aunque mucha gente pondría esto como un aspecto negativo, yo reconozco que me encanta regatear. Allí, prácticamente ningún precio es fijo y resulta divertido regatear con un egipcio para conseguir el precio más bajo posible. Muchas veces tan solo conseguimos rascar unos céntimos, pero en el regateo, ¡el dinero es lo de menos! Mi consejo es que bajéis los precios sin ningún tipo de vergüenza. Ellos están acostumbrados a los turistas; no se van a enfadar. Si el precio les parece demasiado bajo, os lo dirán. 

Regatear es una costumbre que veremos en todo Egipto
Regatear es una costumbre que veremos en todo Egipto

Los zocos egipcios: si te gusta regatear, los mercados y perder horas deambulando entre miles de objetos sin ningún tipo de valor ni utilidad; ¡los zocos son tu sitio! Nosotros visitamos los de todas las ciudades por las que pasamos (para mí, el mejor fue el de Luxor) y de todos ellos salimos bien provisionados de figuras, ropa, comida…  

Los atardeceres egipcios: ya me lo avisaron antes de ir; “en Egipto atardece diferente”, ¡y vaya si es verdad! Tal vez sea por la luz reflejada sobre el Nilo, sobre los templos y monumentos o sobre la arena del desierto, pero lo cierto es que, allí, las puestas de sol tienen un color diferente.  

Atardecer de Luxor

El transporte: salvo en alguna que otra ocasión, el desplazamiento en Egipto es bastante sencillo, económico y con bastante variedad para elegir. Taxis, trenes, Uber, autobuses y, por supuesto, las furgonetas compartidas… la oferta es bastante amplia para poder elegir la que más os convenza. Además, en todas ellas se puede negociar el precio…  

El koshari: no podía hacer una lista con lo mejor de Egipto sin incluir el Koshari. Esta locura de plato, compuesto por arroz, fideos, pasta, lentejas, tomate y salsa de limón, fue uno de nuestras comidas favoritas durante nuestra aventura en Egipto. Si viajáis al Cairo, os recomiendo probar el del restaurante Koshari Abu Tariq, fue aquí donde comimos el mejor koshari en todo nuestro viaje 

 

LO PEOR DE EGIPTO 

Propinas y más propinas: antes de viajar a Egipto debéis cambiar la mentalidad y asumir que os vais a dejar una buena pasta en propinas. A taxistas, conductores, en restaurantes, en los hoteles, guías… todos esperan recibir un pequeño extra, además del precio acordado. Realmente es poco dinero, pero al final del viaje, te pones a sumar y puede que hayas dejado más de cien euros en propinas. ¿Mi consejo? Sobre todo, evitar gastos innecesarios: el tío que te dice que te lleva la mochila, el que se ofrece a sacarte una foto, el que se presta a llevarte a algún lado porque te ha visto perdido… cualquier favor que os ofrezcan, probablemente vaya antes de la petición de propina. Y también os recomiendo que prestéis atención a las vueltas, los egipcios suelen tener la costumbre de no devolver el dinero cuando damos un billete más gordo que el precio de lo que compramos…  

Los zocos egipcios: sí, ya sé que los he puesto en la lista anterior, pero es que a mí me encantan. No obstante, comprendo que estos lugares puedan agobiar y estresar. Son lugares estrechos, con mil puestos y tiendas en las que los vendedores no dejarán de invitarte a tu tienda, hablarte e intentar que les compres algo. Como he dicho, son lugares peculiares y tal vez no están hechos para todo el mundo. Por cierto, ningún vendedor es del Real Madrid, ni del Barsa, su mejor amigo no vive en la capital y sus mujeres no son españolas. Esto son cosas que oiréis constantemente y que solo buscan llamar vuestra atención. 

El trato a algunos animales: en occidente, tal vez tengamos una visión bastante avanzada en cuanto a derechos de los animales. Por eso, cuando salimos, debemos prepararnos para ver que no es así en todo el mundo. En Egipto, por ejemplo, veréis muchísimos perros callejeros, caballos en un estado bastante penoso tirando de carretas o camellos con heridas haciendo las delicias del turista de turno. En mi caso, no le veo sentido a esa clase de turistada, pero tendréis que aguantar a muchísimos comerciantes intentando colaros un paseo en calesa o en camello. Tampoco os recomiendo que toquéis a los perros que os encontréis. Nosotros aprendimos, por las malas, que cada uno de ellos va acompañado de una legión de garrapatas que saltan en cuanto les pones la mano encima. 

Un paseo en camello por Egipto es una de esas actividades que nosotros pasamos de hacer…

El agua: ¡ni se os ocurra beberla! Muchos viajeros, al volver de Egipto, deben pasar por la llamada Maldición de Tutankagón. El agua de este país es una de sus principales causas. Ni se os ocurra beber agua de grifo, y mucho cuidado con los alimentos. De todas formas, no es difícil encontrar puestos y tiendas donde venden botellas de agua.  

El tráfico de Egipto: ¡una locura! Mi consejo personal es que, nada más subiros a un coche, furgoneta o tuktuk, ¡OS DURMÁIS! Solo así os ahorraréis temer por vuestra vida en cada curva, rotonda o recta. Digamos que los egipcios tienen una forma peculiar de conducir, una en la que no existen las líneas en la carretera, las normas de adelantamiento o las señales. Allí todo va en base a la intuición y los reflejos, a esto se suma que comparten carretera coches, motos, bicicletas, carruajes de caballos, burros o tuktuks… Y se las apañan bien, oye.  

Puesto en un pueblo nubio de Asuán

Egipto y las mujeres: supongo que este es uno de los puntos fuertes y de mayor interés de este artículo… aunque pensábamos que iba a ser mucho peor, viajar a Egipto siendo mujer trae consigo los problemas de viajar a un país islámico; miradas incómodas en algunos lugares, “necesidad” de ir tapadas o algún que otro comentario desagradable… No obstante, en honor a la verdad, debemos reconocer que en este sentido nuestro viaje transcurrió con bastante normalidad. Nos lo habían pintado mucho peor. Hay que aclarar, esa fue nuestra experiencia, cada viaje es un mundo y puede que alguien haya vivido algo diferente allí. 

El COVID: Este es un problema circunstancial que seguramente afecte a cualquier viaje. Concretamente, en Egipto, el problema principal es entrar y salir del país. En este artículo os cuento todo lo que tenéis que saber para viajar a Egipto en tiempos del COVID. 

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