Fotografía: Cómo conseguir un buen efecto seda
El efecto seda es uno de los más impresionantes de ver en una fotografía. Ver el agua convertida en un velo que cubre el cauce de un río es algo que llama la atención a simple vista. Pues bien, la realidad de esta técnica es que no requiere grandes conocimientos de fotografía, ni tampoco un equipo muy caro. Hoy os doy algún consejo para lograr un efecto seda en vuestras fotografías…
Antes de meternos de lleno en el asunto, reconozco que las fotografías de larga exposición son unas de mis favoritas. Cuando, de viaje, encuentro una cascada o algún pequeño salto en un río, automáticamente pienso, «joder, aquí tiene que quedar cojonuda una foto de larga exposición» (sí, lo siento, en la vida real digo más palabrotas de las que debiera…). Ver un río, una cascada o el mar con ese característico efecto seda es algo espectacular y muy sencillo de conseguir. Como ya he dicho, ni siquiera vais a necesitar una cámara de última generación como la de vuestro cuñado, y se puede conseguir incluso con el objetivo que viene de serie en vuestra primera réflex (18-55).
CONDICIONES IDEALES
Lo primero que vamos a necesitar para conseguir el efecto seda es, obviamente, agua. Necesitaremos un lugar en el que el agua corra. Lo ideal, a mi gusto, es una cascada, pero también valen ríos con saltos, el mar en movimiento o cualquier otro lugar en el que el agua no esté estática. Cuando más movimiento haya, ¡mejor!
El efecto seda es, en definitiva, una foto movida. Nuestra cámara estará haciendo una foto durante varios segundos. Esto quiere decir que estará captando luz durante todo este tiempo. Por este motivo, es mejor escoger horas del día en que haya poca luz. No os preocupéis porque creáis que ya está anocheciendo y no se va a ver nada, vuestra cámara se encargará de recoger más luz de la que pensáis. Personalmente, me gusta salir a realizar este tipo de fotografías sobre las 20 o 21 horas, justo en el momento en que empieza a anochecer.
A ver, seamos sinceros, la clave de este tipo de fotos está en el lugar en que os encontréis. Podéis conseguir un efecto seda fantástico en el grifo de vuestro cuarto de baño, pero no es lo mismo que en mitad de un bosque, lleno de vegetación, troncos y rocas. ¡El contraste entre estos objetos inmóviles y el agua en movimiento queda espectacular!
Para sacar una fotografía con este efecto, nos va a hacer falta lo mismo que a Arquímedes: un punto de apoyo. Nuestra cámara va a estar varios segundos para sacar una fotografía, es imprescindible que durante este tiempo, esté totalmente quieta. Lo óptimo sería contar con un trípode, aunque en la vida real, vale cualquier superficie estable. Yo muchas veces he utilizado mi propia mochila para apoyar la cámara.
Otra condición imprescindible para lograr una fotografía de este tipo es tener paciencia y ganas de jugar. Para conseguir LA FOTO vamos a necesitar varios intentos, mirar resultados e insistir hasta estar contentos. A continuación, os voy a dar unos ajustes, pero cada situación es un mundo y sobre el terreno deberéis ir probando y jugando hasta conseguir lo que queréis.
LA TÉCNICA PARA UN BUEN EFECTO SEDA
Ahora vamos a hablar de valores. Desde este momento, os aviso de que estos valores no son una ciencia exacta. Dependen mucho de la luz, del movimiento del agua y hasta de tu propio gusto. Allá vamos…
En primer lugar, pondremos nuestra cámara de fotos en Modo Manual (M). Este modo es el que nos permite cambiar hasta el último parámetro de nuestra cámara para lograr sacarle el máximo rendimiento.
Como ya he explicado antes, para lograr el efecto seda, nuestra cámara va a estar recogiendo luz durante varios segundos. Por este motivo, debemos hacer que el ISO deje pasar el mínimo de luz posible para que la fotografía no salga quemada (en blanco, hablando mal y pronto). Deberemos poner un ISO bajo, a 100.
El Diafragma de una cámara de fotos (F) sería algo así como una persiana que deja pasar o no la luz a través de él. Funciona como el iris de un ser humano, cuanto más cerrado está, menos pasa. Lo que ocurre con el diafragma es que, cuanto más alto es su valor, más cerrado está y menos luz deja pasar. Al igual que ocurre con el ISO, deberemos hacer que deje pasar el mínimo de luz posible, utilizando valores de f/13 en adelante.
El motivo de restringir tanto el paso de luz con los dos ajustes anteriores es para dar rienda suelta al siguiente parámetro: el tiempo. La clave para lograr el efecto seda será que el obturador de nuestra cámara esté abierto el máximo de tiempo posible. Como estándar, yo suelo comenzar a probar con cuatro segundos. Una vez que comprobemos el primer resultado, podemos ir subiendo o bajando este tiempo hasta conseguir la fotografía que queramos.
OTROS CONSEJOS PARA OBTENER UN BUEN EFECTO SEDA
Aunque ya he comentado que para lograr el efecto seda vale con un objetivo tan básico como el 18-55, que viene con cualquier réflex, yo os recomiendo que, si lo tenéis, utilicéis un gran angular. Este nos ayudará a abarcar un campo visual más amplio.
Por favor os lo pido, intentad tener vuestros objetivos limpios. Esta es una norma general de la fotografía pero aún más importante en este tipo de fotos. Un objetivo sucio hará que la fotografía salga con muchas imperfecciones.
Cuanto más fuerte corra el agua y más espuma (blanco) veáis, más espectacular saldrá vuestro efecto seda.
Incluso teniendo la cámara fija, a veces la sola vibración de apretar el botón para sacar la foto ya puede hacer que salga movida. Si no tenéis un control remoto, os aconsejo que pongáis el temporizador.
Si a pesar de estar en un lugar con poca luz, vuestras fotos siguen saliendo demasiado quemadas, existen unos filtros llamados de Densidad Neutra (Filtro ND). Estos filtros reducen la luz, actuando como si fueran unas gafas de sol para nuestra cámara. En Amazon los venden (Nikon, Canon) y los podéis encontrar baratos.