En el este de África, concretamente en el valle del Rift (entre Kenia y Tanzania), existe una de las tribus más conocidas y rodeadas de misterio de nuestro planeta: los masai. Su vida y sus costumbres son totalmente diferentes a las nuestras, tanto que muchas de ellas nos resultan totalmente incomprensibles. Hoy daremos un paseo por los primeros pasos en la vida de un masai para descubrir cómo es su vida desde que nace hasta que por fin es considerado un hombre.

¿A qué edad podemos considerar que somos adultos? ¿Existe un momento específico tras el cual podemos decir que hemos alcanzado la madurez? En nuestra cultura, la línea que separa la infancia de la madurez es tan difusa que muchos ni siquiera llegan a cruzarla. No ocurre así en el pueblo masai, donde este momento está cargado de simbolismo y homenaje, pero también de valor, peligros y aprendizaje.

LOS PRIMEROS PASOS MASAI

El comienzo de la vida de un masai es exactamente igual al del resto de seres vivos del mundo: una madre dando a luz. No obstante, y en esto ya podemos encontrar las primeras diferencias, este nacimiento se da en mitad de la naturaleza y sin el material quirúrgico al que nosotros estamos acostumbrados. Tradicionalmente, las madres masai dan a luz en sus propias casas, sin asistencia médica y con unos medios bastante rudimentarios. Poco a poco, esto se ha ido cambiando y estas madres ya han comenzado a ir a pequeñas clínicas para tener a sus hijos. No obstante, recordad que estamos hablando de África; allí las clínicas difieren bastante a las que conocemos nosotros.

Jóvenes guerreros masai
Jóvenes guerreros masai

El nacimiento de un pequeño masai es motivo de gran felicidad para toda la aldea. Eso sí, la felicidad es aún mayor si se trata de un chico. Los masai creen que el papel de una mujer en la tribu es, digamos, poco relevante, no pasando de ser más que una “mera” cuidadora de niños y la encargada de hacer la comida. Por este motivo, las niñas no son una parte activa en su sociedad hasta que no maduran, momento en que llega el casamiento. Pero volvamos al momento del nacimiento.

La aldea entera celebra una fiesta en honor a los recién nacidos. Esta celebración tiene lugar un mes después del parto, y es el momento en el que el jovencísimo masai recibe su nombre (¡Con un mes de vida!). Durante la fiesta, los masai beben mucho, comen mucho, tocan mucha música y danzan mucho sus bailes tradicionales. En esto sí son más parecidos a nosotros…

Durante sus primeros años de vida, los masai se dedican a lo que se deben dedicar a esas edades: a ser niños. Viven sus primeros años sin preocupaciones, jugando y divirtiéndose mientras aprenden. Cuando cumple un año, el niño recibe su primer corte de pelo, siendo este un símbolo de salud y de pulcritud.

EMURATARE: EL PASO DE NIÑO A HOMBRE

Joven masai
Joven masai

El gran momento en la madurez de un joven masai llega entre los 14 y los 17 años, dependiendo de la aprobación del padre. Entre estas edades es cuando el niño pasará a ser un adulto. Antes de nada, el masai deberá pasar por el complicado rito de la circuncisión. Esta ceremonia, llamada Emuratare, es una de las experiencias más importantes en la vida del masai.

La ceremonia del Emuratare comienza varios días antes de la propia circuncisión. El joven debe preparar una especia de cerveza hecha con miel y aloe vera. Esta bebida se llama Esuguroi y solo cuando esté lista, los mayores de la aldea darán su visto bueno para continuar con la ceremonia.

Durante el (doloroso) acto, todos los asistentes vestirán ropas negras, un color que los masai utilizan para representar la capacidad de sobreponerse a situaciones complicadas y, hacedme caso, pocas situaciones son más complicadas que esta. La circuncisión se realiza con instrumentos rudimentarios, sin anestesia y sin ningún tipo de medicamento. Por si fuera poco, durante este momento se está poniendo a prueba la fuerza y el valor del joven masai, puesto que está mal visto mostrar dolor durante el proceso. Actos que serían tan normales como gritar o llorar harían dudar de la masculinidad del masai ante toda la aldea y supondría una vergüenza para la familia. Al utilizar métodos tan rudimentarios, el proceso de curación puede durar entre tres y cuatro meses.

Hasta hace poco, las mujeres masai eran sometidas a un proceso parecido pero mucho más peligroso: la ablación del clítoris. Por suerte, fue vetada hace una década por la ONU por ser considerada una violación de los Derechos Humanos. Este veto tampoco quiere decir mucho a efecto práctico, pero sí es cierto que la comunidad masai poco a poco se ha ido concienciando con este problema y cada vez son menos los que continúan con esta práctica.

LOS MORAN: APRENDIENDO A SOBREVIVIR

Después de su circuncisión, los jóvenes masai se convertirán en guerreros moran, comenzando así una de las etapas más importantes y peligrosas de sus vidas. Esta época podría recordarnos un poco al estilo de educación espartano en la Antigua Grecia. Durante aproximadamente un año, los masai abandonan sus aldeas para comenzar una época de aprendizaje en grupo. Durante este tiempo como moran, aprenden a sobrevivir, a robar, a luchar y a protegerse los unos a los otros. También aprenden a hacer fuego, el uso de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Es durante esta etapa cuando de verdad pasan a convertirse en hombres. En esta etapa, los moran lucen largas rastas y abalorios de muchos colores por todo el cuerpo.

Guerreros moran
Guerreros moran

PD: Hace años, para convertirse en hombre, el joven guerrero masai debía matar a un león armados con su lanza y un cuchillo. No obstante, los gobiernos de Kenia y Tanzania prohibieron esta práctica como medida para proteger la fauna de estos países.

EOKOPTO E KULE: LA VUELTA A LA ALDEA

Ceremonia masai
Ceremonia masai

Una vez terminada esta etapa de un año como moran, los masai regresan a su aldea convertidos en hombres. Es en este momento cuando tiene lugar la ceremonia Eokoto e kule, una fiesta en la que se bebe y se come como si no existiera un mañana a lo largo de varios días. Es durante esta celebración cuando los nuevos adultos de rapan la cabeza para deshacerse de las representativas rastas de su etapa como moran.

ORGESHER: EL ÚLTIMO PASO

El último paso para hacer oficial su entrada en la madurez es la ceremonia del Orgesher, donde los jóvenes, esta vez también acompañados de las mujeres de su edad, acampan durante un par de meses alejados de la aldea. Esta vez no están solos, también les acompaña el líder espiritual de la aldea. Él se encargará de realizar diferentes ritos y de purificar a estos guerreros por las acciones cometidas durante su año como moran.

Al acabar, los masai volverán a la aldea como hombres de pleno derecho. Además, cada uno de ellos recibirá un lote de 49 vacas por haber logrados superar la adolescencia.

PD: Mientras buscaba algo de información para completar este artículo, he dado por casualidad con una asociación llamada Mundo Cooperante que lucha contra la mutilación genital femenina y los matrimonios forzosos de niñas. Esta asociación tiene a la venta unas pulseras de abalorios hechas por mujeres masais y cuya venta sirve para ayudar a esta causa. La verdad es que las pulseras están muy chulas y están tiradas de precio. No sé, yo por lo menos me he cogido un par… Os dejo el link por si queréis echarle un vistazo

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