Grecia: Lo mejor de viajar a la joya del Mediterráneo
Grecia es un país increíble. Su historia, su cultura, sus playas, su comida… todo ello convierte a Grecia en el destino de millones de turistas. Después de haber tenido la suerte de ver su capital y recorrer algunas de sus infinitas islas, os voy a contar lo que, siempre desde mi punto de vista, es lo mejor de esta joya bañada por el mar Mediterráneo.
Carácter griego: Aunque esta lista no sigue ningún tipo de orden, me parece que sin duda esto debía aparecer como una de las mejores cosas que tiene Grecia. En términos generales, los griegos se nutren del mismo buen carácter que podemos encontrar en España. Lo que llaman el carácter mediterráneo, vamos. Son muy parecidos a nosotros. No es raro estar comiendo en un restaurante, paseando o bebiendo en un bar y escuchar fuertes risotadas. Además, son amables y atentos con los invitados y no dudan en ayudarte en todo lo que pueden. Y esto lo puedo decir por experiencia personal; ni sé la de veces que algún griego nos salvó el culo durante nuestra aventura por este país.
La comida griega: Los tomates sabían a tomate y las aceituna a (¡oh!¡Sorpresa!) aceitunas. Parece una tontería pero no lo es tanto si nos paramos a pensar. Hacía mucho tiempo que no probaba ensaladas como las que comimos en Grecia. La cocina griega es puramente mediterránea con algún que otro toque de la cultura turca. Nosotros nos hinchamos a ensaladas, dakos, musakas, souvlakis, gyros y a queso feta… Comimos muy MUY bien.
¡DAKOS!: Esta debía aparecer como un capítulo aparte de lo mejor que tiene Grecia. En este país descubrimos este espectacular plato y la verdad es que perdí la cuenta de cuántos pudimos comernos. El Dakos es una comida griega compuesta por tomate triturado, queso y aceite emplatados sobre pan seco. En algunos sitios llevan alcaparras, aceitunas, orégano… aunque hay muchas formas de prepararlo, ninguna de ellas tiene desperdicio. INCREÍBLE.
Un país para todos los gustos: Da igual el tipo de viaje que a ti te guste, en Grecia disfrutarás. Puedes querer un viaje tranquilo en la playa, recorrer montes y montañas, bucear hasta lo más profundo, recorrer pintorescos pueblos tintados de blanco y azul o viajar al pasado a través de sus ruinas y restos históricos. Grecia ofrece una infinidad de cosas que hacer y lugares por descubrir a quienes se atrevan a recoger el guante que el país heleno nos lanza.
Un paseo por el pasado: Aunque ya lo he mencionado en el punto anterior, creo que hay que destacar la importancia histórica de este país y lo maravilloso que es descubrirlo para quienes son auténticos frikis de la Grecia Clásica. Grecia no permite que te olvides de sus viejos mitos en ningún momento: dioses, grandes filósofos, héroes, monstruos y titanes. Mires donde mires habrá algo que te llevará al pasado más clásico y te hará amar un poco más a la cuna de la democracia y las grandes leyendas.
Huye de la masificación: Aunque es cierto que la masificación de Grecia es uno de sus puntos más negativos, este país también te va a permitir disfrutar de la tranquilidad si sabes elegir bien a dónde vas. Grecia no es solo Santorini o Mykonos. Existen islas con mucha menos afluencia de visitantes y que te permitirán disfrutar de tus vacaciones y sacar fotos sin que quinientos alemanes aparezcan en el medio. ¿Has oído hablar de Amorgos…?
Playas sin filtro: Las playas de Grecia no necesitan pasar por ningún filtro antes de aparecer en Instagram. Su azul turquesa es más auténtico que el de ninguna aplicación de edición. Personalmente, nunca he visto playas tan azules como las de Naxos o Amorgos. Una maravilla para quienes disfrutan con unas gafas y un tubo de bucear.
Bendito sol: Por su situación geográfica, Grecia cuenta con un clima parecido al de España o incluso mejor. Nosotros fuimos a finales de septiembre y, mientras en nuestro país ya se había sacado la ropa de abrigo, allí disfrutamos de un clima de verano en el que pudimos pasar días enteros en la playa sin ni siquiera llegar a tocar una sudadera.
Nada como un buen ferri: Aunque para descubrir bien Grecia deberéis moveros entre sus islas, el transporte entre ellas es mucho más sencillo de lo que podéis llegar a imaginar, y también más barato. Los enormes ferris cuestan más o menos como un autobús de larga distancia (entre 20 y 40 euros) y son muy cómodos. Os aconsejo que consultéis los horarios y los trayectos con antelación, así conseguiréis mejores precios y no correréis el riesgo de quedaros en tierra. Nosotros compramos todos los billetes con antelación utilizando las páginas de Direct Ferris y Ferri Hopper.
Griego al volante, peligro no constante: Una de las leyendas que corre por ahí, es que los griegos no saben conducir. Bueno, más bien que lo hacen muy rápido y que sus calles y carreteras son un caos… ¡Para nada! Nosotros alquilamos un coche prácticamente en todas las islas en las que estuvimos y os puedo asegurar todo lo contrario. Por norma general son educados y bastante respetuosos con las normas de circulación. Es más, una de las cosas que más nos llamó la atención es que, al ir a ser adelantados, no dudan en meterse en el arcén para facilitar tu maniobra.
Postre gratis…: Esta tenía que aparecer sí o sí. En Grecia, la buena educación está recompensada. Vale que ser educado y amable debería ser una obligación pero es que allí, si lo sois, es más que probable que el local os invite al postre. ¡POSTRE GRATIS! Poco más que añadir…
Souvenirs a precio de saldo: En mi habitación descansa la imponente figura de un espartano. A su lado, las de Aquiles y Héctor combatiendo. ¿Por qué compre todo esto? Ni idea, pero es que en Grecia la competencia entre las tiendas de recuerdos es tal, que los precios están prácticamente por los suelos. Os recomiendo que realicéis vuestras compras en Atenas, aunque encontraréis todo lo que buscáis a un precio bastante económico en cualquier lugar.