¿Qué ver en Rumanía en 10 días? Hoy viajamos al país de Drácula, del Lago Balea, de Transilvania y de los frondosos bosques del este de Europa. Vamos a visitar castillos, lugares de leyenda, carreteras increíbles y bosques plagados de naturaleza.

DÍA 1 EN RUMANÍA – Llegada a CRAIOVA

• Llegada a RUMANÍA
• Dormir en Craiova

Nuestro avión salió de Madrid a las 18:00, así que poco pudimos hacer tras nuestra llegada a Rumanía. Aterrizamos en Craiova, situada al suroese del país. Nada más llegar, recogimos nuestro equipaje, el coche que alquilamos para nuestra aventura y nos dirigimos a nuestro apartamento. De entrada, os recomendamos que para viajar por Rumanía, alquiléis un coche. Esto facilita mucho el transporte y conducir por este país no es tan peligroso como dicen.

Para cuando dejamos nuestras cosas, ya eran las 12 de la noche. No nos fue difícil encontrar un sitio para cenar, puesto que hay restaurantes que abren casi 24 horas. Después, aprovechamos para ver las luces de navidad del centro. Aunque los puestos estaban ya cerrados, las de Craiova son las mejores luces de Navidad que vimos en todo el viaje.

DÍA 2 EN RUMANÍA – Carretera TRASFAGARASAN

• Desayuno en CRAIOVA
• Carretera TRASFAGARASAN
• Catedral de CURTEA DE ARGES
• Dormir junto al LAGO VIDRARU

Desayunamos en el centro de Craiova. En este momento probamos nuestro primer Papanasi, un postre rumano que mezcla algo parecido al donut con mermelada de frutos rojos y queso fresco. Lo hicimos en una cafetería llamada Captain Bean, muy cerca del centro.

Nuestro primer día estaba lleno de dudas porque, sobre estas fechas, suele estar cerrada la carretera que separa Craiova del norte: la Carretera Trasfagarasan. Esta es una carretera espectacular que discurre entre montañas y con unos paisajes inolvidables. Al final salió todo genial porque estaba abierta. Visitamos la catedral de Curtea de Arges, nuestro primer encuentro con una iglesia ortodoxa en Rumanía.

Por el camino, en mitad del bosque, encontramos un restaurante de madera llamado Tree House Village. Era un sitio precioso para tomar una sopa caliente. Retomamos el viaje, ya de noche, y acabamos llegando al hostal cerca del lago Vidraru. Cenamos en un restaurante llamado Complex Albota, un lugar cercano a nuestro hostal que nos recomendó la dueña del lugar en el que nos alojamos.

Este fue un día en el que hicimos muchos kilómetros en coche, unos 300, y que nos llevó prácticamente todo el día porque fuimos realizando pequeñas paradas para ver el paisaje y disfrutar con las vistas.

DÍA 3 EN RUMANÍA – CARRETERA TRASFAGARASAN, CASCADA BALEA, LAGO BALEA y SIBIU

• Cascada del BALEA
• LAGO BALEA
• Ciudad de SIBIU

Madrugamos para dirigirnos al Lago Balea, aprovechando que la carretera Trasfagarasan estaba abierta. Después de una media hora de coche, llegamos al parking de la cascada de Balea. Decidimos subir, haciendo una ruta de unos tres kilómetros con bastante desnivel.

Después de acabar la ruta, recorrimos media hora en coche hasta llegar al lago Balea, que estaba completamente congelado. Desayunamos en una cafetería junto al lago. El Lago Balea es uno de los lugares que más nos sorprendió de Rumanía y uno de los imprescindibles de esta aventura. Después, bajamos de nuevo por la carretera Trasfadarasan para ir a la ciudad de Sibiu, donde íbamos a pasar esa noche.

Encontramos Sibiu decorada con todo lo de navidad; un tiovivo, noria y puestos artesanales. De todas las ciudades y pueblos que visitamos, decorados para la Navidad, Sibiu es la que más nos gustó. Cenamos comida tradicional en un restaurante llamado Casa Frieda.

DÍA 4 EN RUMANÍA – SIBIU, ALBA IULIA y SIGHISOARA

• SIBIU
• ALBA IULIA
• SIGHISOARA

Nos despertamos pronto, recogimos y fuimos a desayunar a una cafetería muy chula de la ciudad llamada Lumus. Después, recorrimos Sibiu, visitando el puente de las mentiras, los tejados con ojos y varios puntos clave más de la ciudad.

Después de recorrer Sibiu, nos desplazamos hasta la ciudad de Alba Iulia (80 kilómetros). Tuvimos mala suerte con el tiempo, pero si pudimos visitar la ciudadela de la ciudad y comer en un restaurante medieval muy chulo llamado Pub 13. Muy recomendable.

Después de dar una vuelta por la ciudad, cogimos el coche para dirigirnos a nuestro destino final del día; la ciudad de Sighisoara (117 kilómetros), la ciudad en la que nació Vlad Tepes… Drácula. Llegamos de noche y con mucha niebla, ¡así que la vuelta por la ciudad fue una pasada! Aquí tenéis un reel que subí a Instagram sobre este momento.

DÍA 5 EN RUMANÍA – SIGHISOARA, BIERTAN y CLUJ NAPOCA

• SIGHISOARA
• CATEDRAL FORTIFICADA DE BIERTAN
• CLUJ NAPOCA

Nos levantamos para ver Sighisoara. Esta vez, con la luz del día, la cosa cambió bastante y pudimos disfrutar del color y la vida de la ciudad. Recorrimos el pueblo y visitamos sus lugares más importantes como la escalera de los estudiantes o el cementerio. Aunque parezca tétrico, os recomiendo visitar el cementerio de esta ciudad, es sin duda uno de los lugares más curiosos y misteriosos que visitamos en Rumanía. Desayunamos en la plaza y hemos subimos a la torre del reloj… ¡Una pasada!

Después, pusimos rumbo a la catedral fortificada de Biertan (30 kilómetros). La verdad es que es un lugar chulo, pero no merece demasiado la pena y es un lugar que podéis no incluir en vuestro itinerario sin ningún problema. Comimos a los pies de la iglesia y pusimos rumbo a Cluj Napoca (147 kilómetros). Nos dio tiempo a dar una vuelta por la ciudad y cenar.

DÍA 6 EN RUMANÍA – CLUJ NAPOCA y SALINA TURDA

• CLUJ NAPOCA
• SALINA TURDA

Desayunamos a primera hora de la mañana. Después, recorrimos Cluj Napoca algunas de las partes más emblemáticas de la ciudad como la Catedral de Sfantul Mihail, el enorme parque Simion Barnutiu, el Teatro Nacional o la Catedral Adormirea Maicii Domnului. Al terminar, cogimos el coche para ir a visitar la Salina Turda (34 kilómetros). 

La Salina Turda es una pasada que parece sacada del Señor de los Anillos. Una cueva profunda donde todo está recubierto de sal. Eso sí, los rumanos en este lugar han tirado de horterada y la han llenado de mesas de pingpong, boleras, mini golfs… ¡¡podemos encontrar incluso una noria!! Aquí tenéis un reel que subí a Instagram sobre este lugar. Comimos en el pueblo de Turda y volvimos al coche para dirigirnos al siguiente destino: el Lago Rojo (214 kilómetros), a unas tres horas y media en coche.

 DÍA 7 EN RUMANÍA – LAGO ROJO y BRASOV

• LAGO ROJO
• BRASOV

Nos levantamos con un paisaje de ensueño, rodeados de bosque, montañas y naturaleza. Aunque llovía, el paisaje estaba precioso con la niebla. Desayunamos en una especie de restaurante de madera frente al Lago Rojo. Después, hemos hecho una rutita de cinco kilómetros alrededor del lago. Fue una ruta muy sencilla, apta para todo el mundo y en la que pudimos disfrutar del paisaje de este lugar. Nos dio la impresión de que el Lago Rojo, en verano, debe convertirse en un lugar lleno de vida con muchas actividades que hacer en familia y con amigos.

Por la tarde, viajamos a Brasov (180 kilómetros), una de las ciudades más importantes del país, que estaba a unas dos horas y media. Llegamos sobre las 19:30 horas, dejamos las maletas y fuimos a ver la ciudad.

DÍA 8 EN RUMANÍA – IGLESIA FORTIFICADA BIERTAN, CASTELU BRAN, FORTALEZA RASNOV y CASTILLO PELEES

• IGLESIA FORTIFICADA DE PREJMER
• CASTILLO DE BRAN
• FORTALEZA DE RASNOV (EN OBRAS)
• CASTILLO DE PELEES

Madrugamos y desayunamos fuerte para prepararnos para uno de los días duros de nuestra aventura en Rumanía.

Primero vimos la iglesia fortificada de Prejmer. Un lugar increíble en el que, tras los continuos saqueos y ataques al pueblo, los habitantes comenzaron a ir a refugiarse. Dentro hay habitaciones, comercios y hasta un colegio, ¡¡Nos encantó!!

Después visitamos el Castillo de Bran, el famoso castillo de Drácula. Como ya os conté antes, esta visita fue una completa decepción. Es un castillo moderno y artificial en el que, a pesar de los intentos, no llegas a sentir en ningún momento que estas en el hogar del histórico y enigmático príncipe de las tinieblas. Lo mejor eran los puestecillos de fuera y las vistas exteriores del castillo.

Después, fuimos a ver la fortaleza de Rasnov, pero estaba cerrada por obras. Es una pena porque parecía estar muy muy chula y las vistas desde ahí eran espectaculares.

Por último, entramos al Castillo de Pelees. Este sí que nos encantó, tanto por dentro como por fuera. Por dentro, está repleto de esculturas de madera y de salones majestuosos. Terminamos la visita sobre las 16:30. Llegamos a Brasov cuando ya era de noche.

DÍA 9 EN RUMANÍA – RESERVA OSOS DE ZARNESTI, PARQUE ZARNESTI y BUCAREST

• Reserva de osos de ZARNESTI
• Parque natural de ZARNESTI
• BUCAREST

Después de mucho leer sobre la labor que se realiza en la Reserva de Osos de Zarnesti, decidimos acercarnos a ver este santuario para estos grandes mamíferos. El parque solo abre unas pocas horas al día, por lo que es necesario reservar para ir. El precio de la visita es de unos 13 euros, más diez euros más si quieres entrar con una cámara de fotos. El recorrido guiado por el parque es de unas dos horas y durante este tiempo se pueden ver a los diferentes osos del parque y conocer su historia, de dónde han salido y cómo este centro trata de proteger a estos animales.

Después de la visita, hicimos una ruta por el parque Zarnesti de unos diez kilómetros por un desfiladero de piedra, árboles y vegetación. También ha sido una ruta muy bonita, sencilla y apta para todo el mundo.

Después de comer en el pueblo de Zarnesti, cogimos el coche para emprender un viaje de tres horas a Bucarest.

DÍA 10 EN RUMANÍA – BUCAREST y vuelta a CRAIOVA

• Ciudad de BUCAREST

Después de desayunar en la capital de Rumanía, fuimos a recorrer Bucarest. Es una ciudad llena de vida y una de las que más nos gustó de nuestra aventura en este país. Visitamos la Iglesia de San Antonio, en Curtea Veche; el monasterio Stavropoleos; el palacio del Parlamento y la Plaza de la Revolución. Comimos en el restaurante Caru Cu Bere, un lugar espectacular con estilo neogótico y comida tradicional a pecios súper económicos.

Sobre las 18:30, pusimos rumbo a Craiova (238 kilómetros). Nuestro avión de vuelta a Madrid salía desde esta ciudad a la mañana siguiente, por lo que preferimos llegar la noche de antes para no arriesgar, sobre todo teniendo en cuenta el estado de las carreteras de Rumanía y con el objetivo de evitar cualquier contratiempo que pudiera surgir.